El veterano Álvaro Lozano Charry, presidente de la Asociación Colombiana de Veteranos de la Guerra de Corea (ASCOVE), define su experiencia en Corea como el resultado de su destino ya que ""del destino nadie huye"". Se enlistó para tan desconocido pero atractivo destino por accidente, acompañando a un amigo al centro de reclutamiento. Aún cuando su familia fue a rescatarlo, el joven soldado Lozano se rehusó, pues su corazón estaba lleno de emoción por viajar hasta el lejano oriente, motivado por lo sublime del momento en que cientos de personas recibieron a soldados que ya habían vuelto a Colombia un par de años antes.

En Corea combatió en Old Baldy y en el Cerro 180, encontrando la cruenta realidad de la guerra. Ésta dejó de ser un paradero exótico y atractivo y se volvió la experiencia más desgarradora, con decenas de compañeros heridos y muertos. El soldado Lozano mismo sufrió por esquirlas de mortero en una de sus piernas, heridas que lo llevaron a viajar más de tres meses entre Corea, Japón y Estados Unidos para su recuperación.

Al volver a Bogotá, el sublime regreso con el que soñó se convirtió en un sólo Capitán esperándolo junto a una ambulancia. La ironía de la vida lo llenó de tristeza pero también de un sentido de humor propia de su suerte. Desde ese momento se dedicó a estudiar y trabajar en la Contraloría, junto a otros muchos veteranos, allí conoció a su esposa y se formó para diversos trabajos, posteriormente se volvió presidente de ASCOVE.

Fuente: entrevista al veterano Álvaro Lozano Charry.