Nacido en la zona rural del municipio de Garagoa (Boyacá), hijo de campesinos, fue el quinto de 8 hermanos y quedó huérfano de padre a la edad de 8 años. Tuvo una niñez muy difícil al mantener a su familia desde muy temprana edad, le ayudaba a su madre y hermanos en labores de agricultura y ganadería.
Ingresó al ejército a los 19 años, el 19 de marzo de 1950, como soldado regular. Cuando inició la Guerra de Corea fue invitado a formar parte del Tercer Batallón Colombia y él accedió, para un joven de escasos recursos está parecía una gran oportunidad de conocer el mundo y tratar de ayudar a su familia. Viajó el 12 de febrero de 1952, fue herido en combate en el asalto del ""Cerro 180"" y estuvo hospitalizado durante un mes.
Volvió a Colombia en diciembre de 1953 y siguió vinculado con el ejército hasta finales de 1960. Durante este tiempo alcanzó el grado de Sargento Viceprimero y sirvió en zonas de alta complejidad de orden público, como el Tolima, y participó en varios ataques a miembros de la guerrilla.
Siempre estuvo muy orgulloso de su vida militar y especialmente de su participación en la Guerra de Corea. Fue un soldado muy valeroso y obtuvo varios reconocimientos por ello. El tiempo más complicado de su estadía en Corea fue cuando estuvo hospitalizado lejos de su familia. Cuando estaban de vuelta al país recuerda que se quedaron en Hawái y permaneció allí varios días hasta que llegó otro barco que los desembarcó en Cartagena. Siempre quiso volver a Hawái, ya que decía que era un paraíso en la tierra.
Una vez regresó a la vida civil, contrajo matrimonio con una amiga de su hermana, la señora Teresa Torres, otra hija de campesinos con quién con mucho amor y trabajo sacó adelante una familia de 3 hijos, cumpliendo 60 años de casados. Posteriormente, se dedicó a la construcción y administración de finca raíz con la ayuda de su esposa, quien es una excelente administradora, con lo que logró unos estándares de vida muy superiores a los de muchos de sus compañeros o familiares contemporáneos. En el año 2012, sufrió un accidente cerebro vascular que afectó mucho su parte cognitiva y de lenguaje. A pesar de las secuelas del ACV, lleva una vida tranquila, cuidado por su esposa e hija menor.
Escrito por un familiar del veterano Juan de Jesús Peña Vera.