Nombres:
Apellidos:
Fecha de Nacimiento:
Lugar de Nacimiento:
Fallecido:
Fecha de fallecimiento:
Lugar de fallecimiento:
Fecha de ingreso a Corea:
Fecha de regreso de Corea:
Número de placa:
Batallón / Unidad Naval:
Rango Corea:
Rango al final del servicio:
¿Herido en acción al servicio?:
¿Fallecido en acción al servicio?:
¿Desaparecido en la guerra?:
¿Fallecido en acción al servicio?:
Asociacion de veteranos:
Colombia:
Cuando joven vivía en San Jacinto, Bolívar. La mamá no tenía recursos y era muy pobre, por lo que, ingresó a la Armada Nacional en Cartagena e invirtió su salario en estudios sobre electricidad y algo de inglés para superarse. Él contaba que después de clases hacía sus tareas en las bancas con un primo porque era el único sitio de Cartagena donde había luz en la noche.
Pablo fue enviado a Panamá y Estados Unidos para seguir estudiando electrónica. Después, fue a Leticia para instalar un radio en donde tuvo que hacer el último trayecto de Mocoa a Leticia en burro. Allí, lo llamaron para ofrecerle si quería ir a Corea como voluntario y él dijo que sí, porque así, se podía ayudar a su mamá y hermanas.
Primero, lo llevaron en la fragata A.R.C. “Almirante Padilla” de entrenamiento a Houston y San Francisco. Luego, fueron hacia Corea para desarrollar misiones de patrullaje y desminado en los ríos. En su tiempo de ocio viajó a Japón.
Al regresar de la Guerra de Corea, se quedó en la Armada Nacional y fue a Suecia para ayudar en la construcción de los destructores “20 de Julio” y “7 de Agosto”. En Estocolmo, conoció a su esposa alemana Elsa y se encontraron múltiples veces en Europa hasta venirse a Colombia. Años después, Pablo sacó adelante a sus cinco hijos como profesionales e inculcó distintos principios morales que representan la disciplina, verdad y justicia.
Dedicatorias del la familia al veterano Pablo Alberto Castellar Figueroa
“Un muchacho que venía sin zapatos terminó en Bogotá mostrando el empuje de salir de San Jacinto con ese grande sueño de querer lograr las cosas (…) el legado más importante de mi papá es ese deseo de superación que logró; siempre él quiso que sus hijos fueran mejor que él”.
“No hay héroes de guerra en Colombia, sino los de Corea (…) esto crea una identidad, esta identificación y su progreso nos motiva a conservar su memoria”.
“Nosotros hemos logrado lo que hemos logrado gracias a mi papá”.
“Nosotros tenemos unas concepciones morales enseñadas por nuestros papás, nosotros no somos capaces de mentir, de infringir normas, de ser incorrectos”.
“Admiración total para don Pablo. Yo no tuve abuelo ni papá y él era para mí eso”.
“Yo le agradezco a cada uno de los logros, de lo que somos y lo que hemos hecho”.
Fuente: entrevista realizada a la familia del veterano Pablo Alfredo Castellar Figueroa.